El Poder en la debilidad ~ INF.PROFETICA

El Poder en la debilidad




“Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo” 2 Corintios 12:9.

El apóstol Pablo tenía un problema físico que le llevó a pedir en forma especial que el Señor lo aliviara. Lo llamó “un aguijón en mi carne” y también “un mensajero de Satanás” v.7. Reconoció que si hubiera estado libre de lo que fuera su “aguijón”, existiría el problema de pecar exaltándose “desmedidamente”. Pablo insistió tres veces con el Señor que se lo quitara. El texto de cabecera contiene la respuesta. Pablo había de depender del Señor para soportar su problema, sabiendo que la parte saludable era que así no llegaría a pensar de sí mismo como gran cosa.

En verdad Pablo fue privilegiado en comparación con todos los demás, pues el Señor le reveló el misterio de la iglesia. Tal privilegio sería suficiente para producir orgullo en cualquier. Reconoció que por “la grandeza de las revelaciones” el Señor le había asignado un contrapeso. Aceptó la respuesta de su Señor prometiendo el poder que da su gracia para continuar tal como estaba. Se consideraba debilitado con su aguijón en la carne, pero no disminuyó su amor para con el Señor Jesucristo. “Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades,… porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” v.10.

La fuerza spiritual no está en tener popularidad, recursos abundantes, o poseer un talento especial. Jesús mismo destacó la necesidad de estar dispuesto a servir: “el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” Mateo 20:28. Cristo vino del cielo a un mundo lleno de pecado. ¿Cuánto habría sufrido Jesús al ver tanta maldad? Pablo quiso más que nada que reposara sobre él, “el poder de Cristo”. Lo experimentó muchas veces durante su vida, especialmente cuando tuvo que enfrentar a auditorios hostiles, o autoridades y pudo hablar con denuedo. Fue una fuente de gozo responder en nombre del Señor Jesús. Durante una tempestad a bordo de la nave llevándole a Roma animó a todos diciendo “esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quién soy y a quien sirvo” Hechos 27:23. Pablo no se glorió de sí mismo, sino de Dios a quien servía. ¿Hacemos lo mismo nosotros, o preferimos que seamos considerados fuertes? En la debilidad, hay lugar para que el poder de Cristo actúe.

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